En estos momentos en
que la humanidad padece y vive angustiado por la pandémia del
coronavirus y otras enfermedades, es importante pedir a nuestro Padre
Celestial, nos cuide, nos proteja, nos dé fortaleza y la salud
necesaria.
Esta
es una invitación a orar y reflexionar el salmo 6, con fe profunda, pedir por nosotros, los seres queridos y la humanidad completa.
Salmo 6
Señor, no me
castigues cuando estés airado, no me reprendas cuando estés enfurecido; ten
compasión de mí, Señor; sáname, que mis huesos se dislocan. Yo estoy totalmente
deshecho; y tú, Señor, ¿hasta cuándo?
Ven, Señor, y
sálvame la vida, sálvame, por tu misericordia, que entre los muertos no hay
recuerdo de ti, en el abismo(Seol), ¿quién te puede alabar?
Estoy ya
consumido de tanto sufrimiento; cada noche empapo yo mi almohada, inundo de
lágrimas mi lecho. Mis ojos se consumen de dolor, se agotan entre tantos
opresores. Lejos de mí, vosotros, agentes de maldad, pues el Señor escucha el
grito de mi llanto; el Señor atiende mi súplica, el Señor acoge mi oración. Queden
mis enemigos confusos, aterrados, y huyan al instante avergonzados.
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